lunes, 14 de febrero de 2011

Cosquín Rock 2011: su lugar en el mundo


García: un cierre interminable el sábado
Una multitud acompañó a Cosquín Rock en su exitoso aterrizaje en Santa María de Punilla. Los clásicos: Charly, Spinetta, Gieco, Skay y Virus; y la polémica inclusión de Calle 13, fueron los más destacados.

COBERTURA ESPECIAL

Por Néstor Pousa © 2011

En sus primeros años de vida del Festival Cosquín Rock, desde su debut en 2001 en la tradicional plaza del folklore, nos daba la impresión que su crecimiento iba a ser sostenido y sin sobresaltos. Y así fue hasta que algunas imprevisiones organizativas convirtieron a la edición 2004 en la peor del ciclo, y dio pie a las autoridades municipales para rescindir unilateralmente el contrato con los organizadores, por entonces Perro Producciones.
Tras esto surgió la posibilidad, riesgosa en un principio, de mudarse a un nuevo predio en la Comuna de San Roque frente a lago homónimo, en un amplio terreno al pie de la montaña adquirido por José Palazzo y sus socios. Fueron seis intensos años de trabajo allí, con ediciones que estuvieron signadas tanto por los avatares propios de la actividad, como por los fenómenos climáticos (temporales de lluvia y de viento) que atentaron contra algunas de sus jornadas. Los vecinos en general vieron con buenos ojos al evento, salvo por uno de ellos, propietario de un inmueble colindante al predio, que les hizo la vida imposible, inclusive llevando el pleito a la justicia en innumerables instancias.
“Te cuento algo -me confiaba José Palazzo, off the record, en setiembre pasado- el Cosquín Rock 2011 se va a hacer en el Aeródromo de Santa María de Punilla”, el mismo lugar donde en el verano de 2009 La Renga había montado su Festival de la Huella Invisible.
A los problemas ocasionados por el vecino sanroqueño se sumaba la intención del productor cordobés de proveer a su ciclo de un formato similar al del Festival de Glastonbury en Inglaterra, que se caracteriza por ser un encuentro artístico multidisciplinario donde la música es sólo una de sus actividades.
Según Palazzo el lugar ideal era la campestre pista de aviones punillense, que además contaba con el visto bueno del intendente y con la convicción de los vecinos del lugar, y sumaba el aporte del Gobierno de la Provincia de Córdoba con un total de 500 plazas de hotel para uso de la producción, en una colonia de vacaciones en la misma locación.
Demasiadas cosas a favor produjeron una nueva mudanza del festival de rock más importante del país en la actualidad. Un festival que ya ha consolidado su nombre y su propuesta, pero que aún le falta ser reconocido por quienes no son adeptos a esta música, porque por más que el rock esté oficializado y es hoy un negocio brillante para unos pocos, todavía sigue siendo una mala palabra para muchos, tal vez por su genética contestataria.
Panorámica del predio (foto: Silvia Olmedo)

Bienvenidos a Santa María de Punilla decía el cartel vial, y todo hacía prever que iba a ser así, mientras desde el auto estéreo Ricardo Iorio -mi compañero de ruta en este fin de semana rockero- me recordaba aquello de que: “Si no hay amor nunca habrá sueños”.
Caminar, caminar y caminar. Menos mal que caminar es un muy buen ejercicio -pensaba- porque para llegar al aeródromo (y una vez adentro) hay que caminar bastante, a través de un largo mercado persa de choripanes, cervezas, remeras alusivas y bisutería hippie legítima. Y en la última curva otro buen augurio: “Tu lugar en el mundo es Santa María de Punilla, y vos ya está aquí”.
El día sábado 12 de febrero (segunda jornada) tenía una grilla expresamente clásica que presagiaba una enorme concurrencia -y así fue- con: Charly García, León Gieco, Spinetta, Skay Beilinson y Virus.
Hermano sol, hermano Moura
El viernes inicial se había servido como plato principal a los puertorriqueños de Calle 13, celebrados por muchos, pero también cuestionada su inclusión por los defensores del rock puro, si es que este adjetivo le cabe a un género que siempre se caracterizó por ser inclusivo y abierto a otros estilos.
Pero volvamos al sábado en el que Virus hizo un show corto y con invitados tan extravagantes como su música, y por un instante convirtió a la pista de pasto en una gran disco de los años 80’s con hits como “Pronta entrega”, “Wadu Wadu” y “Amor Descartable”, entre otros.
El cantante Marcelo Moura se despidió con un “Ahora viene el Flaco, mi norte, disfrutenló”. El reconocimiento refería a Luis Alberto Spinetta, un artista que a la producción le costó mucho convencer para que forme parte de la grilla.

El Flaco esfumado tras la banda

Spinetta armó una banda “para festival”: trajo bajista nuevo (Matías Mendez), sumo a un violero impresionante como Baltasar Comotto y añadió otro tecladista: el Mono Fontana a quien presentó como estrella invitada. Luego Verdinelli y Cardone, como siempre. Pero despues hizo un repertorio “antifestivalítico” con pasajes de volada inspiración jazzera (una versión extra large de “Ella bailó”, la suite “Canción de amor para Olga”, el viejo inédito “Luna nueva (Mundo arjo)” y “Cabecita calesita”) y excluyó los conocidos por la mayoría. Una lista sin concesiones con las que Luis puso al festival en su propia frecuencia, en la que él quiere. Por todo eso y por la calidad musical de la banda que lo acompañó, fue muy significativa la presencia del ex Almendra en Cosquín Rock 2011, porque demostró que el público no sólo celebra el estilo chabón sino que también da su aprobación a una música tan en las antípodas.
Mientras una avioneta sobrevolaba una y otra vez el extenso campo como un pájaro al que le usurparon el nido, el escenario nos mostraba a León Gieco junto a D-Mente, la banda de Andrés Giménez, haciendo los clásicos del santafecino en versiones ultra electrificadas.
Gieco se encargó de arengar al público, a músicos y periodistas para que defendamos a este festival, único en su género, hijo directo del Festival de Rock de La Falda, aseguró.
Gieco: frontal y polémico en conf. de prensa
“Diganlé a Skay que es mejor violero que Mark Knopfler”, desafió León durante la conferencia de prensa, mientras el ex Redondo en el escenario principal y definitivamente integrado a la grilla general, agitaba con su demoledor repertorio solista, más algunos bonus de Patricio Rey (excelentes versiones de “Todo un palo” y “Ji ji ji”).
El broche del sábado fue Charly García y su banda, que con un show de más de dos horas y sus temas de antología continuó retribuyéndole al festival por los papelones históricos que acostumbraba protagonizar años atrás, y esta vez pagó con intereses.

Bizarros y temáticos. Entre las múltiples actividades que la producción pretende introducir de aquí en adelante, hubo proyección de películas (“Pájaros volando” con Diego Capusotto), un mini festival de bandas heavys absolutamente ignotas y la Bizarren Party hasta altas horas de la madrugada (animada por ¡Pocho La Pantera y Machito Ponce!) donde funcionaba un patio bar. Todo esto ocurrió en los mismísimos hangares del aeródromo, que fueron adaptados para estos fines.
El escenario temático es un clásico que le pelea convocatoria y nivel de calidad a su hermano mayor, el escenario principal. Como ya es costumbre por allí pasaron las tribus punks (el viernes), los fanáticos del reggae (el sábado) y los metaleros (el domingo).
El tercer escenario (bautizado Julio Anastasia en homenaje al músico fallecido en 2010) el más chico en dimensiones, este año fue cedido por la organización a una especie de cooperativa de bandas cordobesas, pero en esta oportunidad no contó con el presupuesto de años anteriores, y lo más lamentable, la convocatoria fue casi insignificante. Fue una propuesta interesante que habrá que mejorar para próximos años. No obstante hubo muy buenas performances, entre lo que pudimos ver, de los cordobeses Juan Terrenal y de los rosarinos Sikarios, ambos presentando sus nuevos trabajos discográficos.
Cosquín Rock 2011 concluyó el domingo 13 con un seleccionado de bandas que ya son habituales en su cartelera: Eruca Sativa, Gardelitos, Kapanga, los uruguayos No Te Va Gustar, Las Pastillas del Abuelo y el ex Piojo Ciro al comando de su flamante proyecto solista
Logo de Rocambole
Así se terminó de redondear una de las más exitosas ediciones que registra el ciclo (que suma 11 años, ya), convocando durante las tres jornadas a más 85.000 espectadores, quienes agotaron las provisiones de las barras gastronómicas y disfrutaron plenamente de todas las actividades propuestas.
Cosquín Rock, con aciertos y errores, ya está instalado definitivamente más allá de cuál sea su eventual domicilio. Un festival que fue echado de la ciudad de Cosquín (¿se habrán arrepentido?); que no fue suficientemente cuidado en la Comuna de San Roque; y que este verano parece haber encontrado en Santa María de Punilla su lugar en el mundo.-
vista del escenario principal

Fotos: N.P.


martes, 1 de febrero de 2011

"Cosquín Rock desde adentro", la película de un festival único


Ficha Técnica: “Cosquín Rock, desde Adentro”
Género: Documental
Duración: 40'
Formato de Registro: HDV
Produción General: Chisperos del Sur, En Vivo Producciones y Methodos Audiovisuales.
Idea Original: Joaquín Flores
Dirección: Gonzalo Santiso y Maximiliano Laina
Jefe de Producción: Ana Orellano
Producción Logística: Joaquín Flores
Asistente de Producción: Hebe Sosa
Cámara: Leonardo Gallone – Ariel Peña – Gonzalo Santiso – Maximiliano Laina
Sonido de Rodaje: Lucas Franchin
Asistente de Cámara: Agustín Laina
Montaje: Alexis Pellegrino – Gonzalo Santiso
Post-Producción de Sonido: Chelo Paez, Juan Manuel Ruiz – Cinestesia Sonido
Post Producción de Color: Nicolas Ghio
Desgrabación: Josefina Llobet – Mariano Rointerburd – Mariana Vidal - Sofia Magliglia – Matias Mirassou – Arnaldo Diaz – Mariana Duran
Guión: Gonzalo Santiso
Agradecimientos: Equipo de Producción: “Cosquín Rock” – Paul Guzmán – Bestiario Producción y Comunicación – Movil “El Doce”

lunes, 17 de enero de 2011

Inventando la bomba de rayos pacíficos

"Yo vivo en esta ciudad", 40 años después
Miguel Cantilo y Jorge Durietz volvieron a reencarnar al célebre dúo Pedro y Pablo. Con banda completa recrearon los temas de “Yo vivo en esta ciudad”, su álbum debut de 1970.

RECITALES DE VERANO

Por Néstor Pousa © 2011

Cualquier artista con historia que pertenezca al Rock Argentino y que llega hoy a La Falda, seguro que ya pisó este suelo por haber participado en el Festival de Rock que dominó la década del 80. Porque por aquel legendario encuentro pasaron todos -con muy pocas excepciones- los músicos que fichan en este género, muchos de ellos inclusive se consagraron aquí, o fueron revelación.
El dúo Pedro y Pablo no es la excepción, ya que tuvieron su momento de gran protagonismo en aquellas veladas que se realizaban en el entonces Anfiteatro Municipal, que desde entonces no logró igualar páginas tan gloriosas.
Miguel Cantilo (Pedro) recuerda al detalle momentos de sus actuaciones faldenses, con una memoria que asombra por su precisión y minuciosidad. Jorge Durietz (Pablo) a su lado durante la entrevista que mantuvimos en el backstage durante la prueba de sonido previa al show, se asombra tanto como yo, del relato de su compañero de rubro.

Así fue que una vez más Pedro y Pablo llegaron a La Falda portando toda su facha de hippies veteranos que en más de 40 años de trayectoria nunca renunciaron a sus convicciones e ideales.
El recital que presentaron este verano tiene un formato y un concepto especial, recrear en forma casi completa el primer disco larga duración del dúo, fechado en 1970 y que fuera reeditado con temas adicionales en el 2009.
Ese trabajo se llama Yo vivo en esta ciudad, y contiene muchos de los hits del binomio, aunque también hay algunos que no pasaron a ese status, y que fue una suerte poder escucharlos en vivo, un placer que le debemos a Cantilo y Durietz por no tentarse a hacer una lista que tenga sólo los temas más conocidos por la mayoría de la gente.
La poesía, si cabe el término, o la forma de escribir de Miguel Cantilo, creó un estilo propio que se manifestó desde sus tempranos años. Para muestra está el repertorio de este álbum, que abarca toda la cosmovisión del valiente autor que no deja tema sin tratar, y sin pelos en la lengua, y descerraja frases de una lucidez absoluta, tales como: "Donde no hay sol, sino un confort que nace al norte y se pone al sur", ó "Y dónde estás tú famoso gurú, ahora que se fueron y apagaron la luz", son muestras cabales.
Una “big band” con un promedio de edad muy bajo los apoya para recrear el disco en la forma en que originalmente fue concebido, y aparecen en escena una sección de vientos a cargo Martín Rur en el saxo y Miguel Hornes en trompeta. El resto es banda básica pero con una particularidad, la misma alista la nueva generación de Cantilo’s, a saber: Anael Cantilo en bajo y Sufián Cantilo en teclados, y completando Rodrigo Genni en batería. Con look flower power psicodélico, de sombreritos y gafas negras, Miguel se hace cargo de las voces, guitarra acústica y armónica, mientras que Jorge de la otra voz y la guitarra eléctrica, consumando un combo poco común, por lo recargado, en tiempos en que los artistas reducen su propuesta en un sentido minimalista economicista.

Prueba de sonido (Jorge Durietz / Miguel y Anael / Miguel Cantilo)







Yo vivo en esta ciudad da cuenta de las problemáticas que siempre desvelaron a Cantilo: los cuestionamientos existenciales de su generación (“La quimera del confort”, “Vivimos, paremos”, “Guarda con la rutina”), el hombre y su entorno (“Donde va la gente cuando llueve”, “Yo vivo en una ciudad”, “Che ciruja”), la protesta antisistema (“Los perros homicidas” y ese hit cambalache del rock que es “Marcha de la bronca”), los desgarradores alegatos antibélicos (“En este mismo instante”) y por supuesto el amor de pareja (“Catalina bahía”, “Con ropa de varón”). Pero también la crítica mordaz y corrosiva, tan cantileana, en sátiras como “Johnny Bigote” y “Asociación Modelos Argentinas”.
El concierto que presentaron estos singulares personajes de nuestra afortunadamente vasta Música Popular Argentina, fue un lujo inesperado entre tanto fulgor pasatista que se pretende instalar mediáticamente en las noches de desenchufe estival.-

fecha: 16-01-11 / predio: Av. Edén y San Martín (espacio público) / entrada libre y gratuita
fotos: N.P.

lunes, 10 de enero de 2011

Nito Mestre: la calma por la tempestad

Mestre y los clásicos de Sui Generis cortaron la tormenta
El ex Sui Generis rindió tributo al célebre dúo que en los 70’s integró junto a Charly García. Fue un intenso repaso por los grandes clásicos, con el agregado de temas de su carrera solista, en una mini gira serrana por La Falda y El Pungo en La Cumbre.

RECITALES

Por Néstor Pousa © 2011

El día anterior al show, en una larga charla y mientras tomábamos un café, Nito recordaba perfectamente, entre sus múltiples visitas a La Falda, la que realizó en el verano de 1989 para tocar en El Cantautor, ciclo producido por el BB Muñoz en el desaparecido Cine Teatro Rex. Una anécdota personal hizo de aquella vez algo especial: “Lo recuerdo muy bien porque me estaba empezando a conocer con la que hoy es mi mujer, ella voló desde Pinamar a La Falda para verme cantar por primera vez”, me confiaba. Al mismo tiempo remarcaba que su espectáculo actual es un recorrido por toda su carrera incluyendo sus últimas producciones, tocadas en formato de trío junto a Eduardo Salgueiro en guitarra y voz adicional y el tecladista Marcelo Piloto (músico de Silvina Garré), además de Nito en voz, guitarra y flauta traversa.
Desafiando los pronósticos climáticos la noche del show se veía amenazada por una lluvia que no terminaba de decidirse. En consecuencia el recital se largó un rato antes de lo previsto, ante una escasa concurrencia que se fue incrementando hasta llenar completamente el predio a medida que avanzaba el recital y que la tormenta levantaba el pulgar.
Así Mestre empezó a desentrañar un listado de clásicos-clásicos, con una notable abundancia de temas archiconocidos del catálogo Sui Generis. Abrió con Aprendizaje y como si hiciera falta anunció su título, “Por si en la platea hay algún turista sueco”, bromeó, mostrando un excelente humor y un estado de relax que ni la posible suspensión del show pudo alterar.
Tal lo prometido, hubo un repaso por varias épocas: Distinto tiempo y Hoy tiré viejas hojas, de 20/10, de su debut solista del cual se cumplieron 30 años.
De lo más nuevo incluyó Flores en el mar (dedicado a su madre) y My dear (a su mujer), pertenecientes al e. p. Flores en Nashville de 2009.
Repasó canciones menos conocidas, como La verdad (del álbum Colores puros, 1999) y El fin del mundo (de Mestre, 2005), pero que igual están a la altura de los grandes éxitos, aunque quedaba claro qué era lo que había ido a buscar la gente: los temas de Sui Generis, y Nito no los hizo esperar. Porque a partir de la separación de bienes, así como Charly García electrificó su sonido para siempre, desde Instituciones (1974) en adelante; Nito se hizo legítimo acreedor del legado acústico del célebre dúo, y especialmente de las canciones contenidas en sus dos primeros álbumes: Vida (1972) y Confesiones de invierno (1973).
Con su enorme guitarrón electroacústico, que inunda el escenario con cada acorde, Nito guiaba al trío que interpretaba a la perfección: Canción para mi muerte, Necesito, Cuando ya me empiece a quedar solo y Confesiones de invierno, ante el calmado delirio del público. Recordó el primer tema que con Charly llevaban a las grabadoras (Cuando comenzamos a nacer) cuyo título original era Vida, de ahí el nombre del primer LP. Luego recreaba con humor el dramatismo de Mariel y el Capitán y la frescura breve de Estación.
Fue breve el repaso por los repertorios de Los Desconocidos de Siempre (su banda pos Sui), con el Fabricante de Mentiras; y de PorSuiGieco, aquel “dream team setentista”, del que se escuchó El Fantasma de Canterville, canción por entonces prohibida.
Pero una platea en estado de emoción permanente celebraba el tributo a Sui Generis, con versiones renovadas y otras que respetaban los arreglos originales, hasta que llegó el golpe de gracia con los bises: Mr. Jones (en versión gospel), Bienvenidos al tren y Rasguña las piedras, que redondearon un recorrido perfecto por buena parte de la música más representativa de los años 70’s. Un puñado de canciones que, está claro, se ganaron merecidamente un lugar de privilegio en la antología perpetua de la Música Popular Argentina.-

fecha: 09-01-11 / predio: Av. Edén y San Martín (espacio público) / entrada libre y gratuita
foto: Carlos Alberto Romero

domingo, 2 de enero de 2011

Good time Charlie con Carlos Carranza y la 9Sur

Carranza y su strato roja: "Más percusiva que la Les Paul", dice

RECITALES

Por Néstor Pousa © 2011

El 1 de enero de 2011 fue sábado, aunque no lo parecía. Tampoco parecía viernes, ni domingo. La sensación era algo extraña, tal vez porque es el primer día del año y uno está fuera de tiempo y de lugar. En la calle, en la avenida recientemente reinaugurada, abunda la gente que va y viene. Adentro del bar, Carlos Carranza y la 9Sur descargan su arsenal de versiones de clásicos de blues, rock & roll, country, rockabilly y boogie-boogie, en todas sus variantes. También habrá algunos temas de su propia cosecha, como "T-Bone stuff" (un blues lento de la época de La Vagabunda) y el instrumental "Crazy Bird Boogie" (“Boogie del Pájaro Loco”) una demostración de habilidades en un contrapunto entre la guitarra  y la armónica .
A Carranza lo acompaña La 9Sur, que alista a: Claudio Grimau en batería, Cristian Grimau en segunda guitarra, Darío Luna en bajo y Franco Di Martino en armónicas.
“La banda está en armonía, la 9Sur está a tierra, manteniendo el ritmo, y Franco y yo somos los solistas, y funciona ok así. Siento que es una banda, todos dependemos del otro para un buen resultado”, nos decía Carlos en una entrevista que le realizamos para este blog en octubre de 2010.

Músico y cronista, after show
 El final vendría, como es habitual, con un par de versiones más: "Funky Mama", original del guitarrista estadounidense Danny Gatton, pero popularizado en nuestro país como cortina de CQC, el programa de Mario Pergolini; y "Johnny B. Goode" de Chuck Berry, un clásico de todos los tiempos. Un cierre a toda máquina para el show que abrió, para nosotros al menos, las serie de espectáculos veraniegos 2011.-

Fotos: Silvia Olmedo / Néstor Pousa

sábado, 1 de enero de 2011

Un documental sobre el Heavy Metal, hecho en Córdoba


El documental que Juan Astrain realizó sobre el Heavy Metal se proyectará el viernes 14 de enero en el Cine Rivadavia de Unquillo, desde las 22 hs. Antes del docu habrá show en vivo con Averno (Unquillo), y al finalizar la función, Hammer. Entrada: $ 10
Mirá la sinopsis y el trailer del documental.
Sinopsis: “HEAVY mental METAL pensado” es un viaje por la historia del movimiento pesado del rock con testimonios e imágenes inéditas de sus protagonistas. Sus orígenes, la expresión Argentina y su anclaje en Córdoba, transitando por la reflexión de los valores del heavy desde sus actores involucrados, acompañado por el seguimiento vivencial del autor.

Título: “HEAVY mental METAL pensado”
Dirección: Juan Astrain
Formato: documental
Origen: Córdoba - Argentina
Año: 2010
Duración: 53’
Calificación: ATP

sábado, 25 de diciembre de 2010

María José Cantilo gira por Córdoba

M.J. Cantilo: aventurera del rock

RECITALES

Por Néstor Pousa (c) 2010

María José Cantilo, cantante, guitarrista y compositora, y figura emblemática del folk-rock local, nos avisa que va a estar girando por Córdoba durante el mes de enero 2011.

"El repertorio que estoy haciendo contiene temas de rock nacional, de mi autoría y de otros autores. Clásicos de Pedro y Pablo, Charly, Fito, León y Spinetta. Y después lo que pidan, una suerte de delivery!!! hasta Beatles si te descuidas", nos aclara.

Y adelanta las fechas:
viernes 7/1 en Loto de San Marcos Sierra
domingo 9/1 en Tiziano de Capilla del Monte
jueves 13/1 en EL PUNGO de La Cumbre
viernes 14/1 en Loto de San Marcos Sierra
domingo 16/1 en Tiziano de Capilla del Monte

lunes, 6 de diciembre de 2010

STP en Córdoba: ¿Grunge? no, gracias

Weiland & DeLeo, la dupla de STP
Con un show de alto voltaje rockero, la banda californiana se sumó a Metallica y Yes, y cerró un año importante de visitas internacionales en la capital cordobesa. Mirá el clip de "Between de lines".

RECITALES

Por Néstor Pousa © 2010

La visita de los Stone Temple Pilots refrendó al 2010 como un año muy importante en lo que se refiere a conciertos de artistas internacionales en la capital cordobesa. Algo que se había insinuado en enero pasado con la llegada un tanto azarosa del monstruo Metallica, que con el cartel de Sold out colgado, había dejado las expectativas abiertas para que los productores locales se animaran a repetir la odisea de traer más números de rock foráneo.
Hubo muchos rumores de posibles arribos que no se concretaron, a cambio de una abundante y prestigiosa cartelera de números nacionales. Y sobre el fin de año, con los shows de Yes y Stone Temple Pilots, se pudo equilibrar el rojo que mostraba la columna del debe.
Muy distinto fue lo de STP (la abreviatura del nombre a sigla es impulsada por los propios músicos) a sus antecesores en la grilla 2010. Todos tocaron en el Orfeo Superdomo pero las convocatorias fueron distintas. Algo caracterizó a Metallica y Yes, y fue la impaciente expectativa de sus fans; en cambio con el cuarteto californiano la ansiedad se manejó de otra manera, y la previa del show fue mucho más relajada. Casi como si se tratara de un show regular en una arena en sus propios pagos, y la platea fuera un encuentro de amigos de toda la vida que van a escuchar un buen show de rock and roll y nada más, ninguna otra valoración épica al asunto.
Es que los STP hoy no están en lo alto de la ola como Metallica, ni ostentan los pergaminos de los capos progresivos ingleses. Su lugar en este ranking virtual oscila entre una banda acreditada y con un muy buen número de fans a nivel mundial, y una banda de culto de la cual se sabe tanto, como se desconoce.
Así arrancó el show, con una puesta que presumía de un enorme telón de fondo que se desplegó sorpresivamente a modo de escenografía. No hubo un escenario especial como se había insinuado, todo bastante austero.
Una intro instrumental lanzada desde la consola dio la bienvenida a los músicos, y cuando el batero, el platinado Eric Kretz, marcó cuatro, explotó el rock and roll con Crakerman, perteneciente Core, su disco debut de 1992, una de las placas más visitadas del repertorio junto con su sucesora, Purple de 1994.
Scott Weiland, el cantante, megáfono en mano se trepó a una especie de tarima al borde del escenario en una actitud que parecía más amenazante que su sobrio vestuario y sus modales. Mucho es lo que se ha dicho y escrito sobre él y sus excesos, además de acreditar en su curriculum el haber reemplazado nada menos que a Axl Rose en el proyecto que los ex compañeros de este en Guns & Roses bautizaron Velvet Revolver.
Completando STP están los hermanos DeLeo, en este orden: Dean, un hábil guitarrista que sobrelleva el peso musical de la banda, y Robert, el bajista, un grandulón de sombrerito, tan movedizo como el propio Weiland.
¿Grunge? no, gracias, parecieron sentenciar en la evaluación final del show, porque la pertenencia de STP a este estilo musical sólo se puede entender por ser coetáneos de bandas como Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden, entre otras, pero quedó claro que lo que exponen en el escenario es mucho más duro, más potente, de alto voltaje, llegando incluso a momentos heavies y, sobre todo, con un estilo propio.
Venían a presentar su reciente trabajo, el homónimo Stone Temple Pilots (2010), un muy buen disco producido tras la reunión de la banda que estuvo disuelta entre 2003 y 2008. Sin embargo de lo nuevo nada más se escucharon cuatro temas: Between the lines, anunciado en inglés por Weiland como “the first single”, seguido de Hickory Dichotomy; Cinnamon, un tema extraño en el contexto del material, por lo simple de su melodía; y Huckleberry Crumble.
El resto fue un repaso por su historia –seis discos en total– poniendo énfasis en los hits: Plush, el más festejado por la platea y donde se asemejan un poco a Pearl Jam. Interstate love song, otro número muy esperado y Stills Remains, estos dos últimos incluidos en Purple. Mención para Big Empty (de la banda de sonido de la película “El Cuervo”), uno de los más logrados, donde brillaron los distintos recursos guitarrísticos de Dean DeLeo, y la versión de Dancing days de Led Zeppelin (el original pertenece al álbum Houses of the Holy, de 1973) una banda a la que STP parece adeudarle más que a los mismísimos Nirvana.-
Sala: Orfeo Superdomo / fecha: 05/12/10 / 3.000 personas

viernes, 3 de diciembre de 2010

Apocrypha: “El comienzo de un nuevo camino”

Badaluzzi-Canales-Giribaldi-Oliva
Muchos son los motivos para hacer esta nota sobre Apocrypha: la reedición de su primer disco, su cumpleaños número 14 y la obtención del certamen Rock de la Argentina 2010. Mirá el clip de "Salvaje convicción". 

ENTREVISTA A JAVIER OLIVA

Por Néstor Pousa © 2010

La entrevista con Javier Oliva para hablar sobre Apocrypha -banda nacida y radicada en Villa Giardino y autodefinida de Metal Pesado- la había pensado hacer algunos meses atrás. El motivo era la reedición de Cabezas de metal, su álbum debut, un disco muy importante para ellos, pero hecho con escasos recursos y en forma “casera”; originalmente grabado en cinta y que ahora fue remezclado digitalmente.
Pero la nota se demoró, y entonces se sumaron nuevos motivos: el festejo por el cumpleaños número 14, todo un record de permanencia para una banda afincada en una comarca tan alejada de las grandes ligas; y la obtención del certamen Rock de la Argentina 2010, una exitosa convocatoria que durante cuatro meses reunió a 3500 bandas participantes. La nota ya no podía esperar más.
La definición del concurso la vimos al instante a través de internet, la noche del lunes 15 de noviembre, y en el momento en que el presentador rockstar Bebe Contepomi pronunció el nombre de Apocrypha, lo gritamos como un gol. Algunas horas después las imágenes eran retransmitidas a todo el país por la señal de TN (Todo Noticias), organizadores del evento a través de www.tn.com.ar y el programa “La Viola”. La anécdota: en el epígrafe ponían ‘Apócrifa’ como suena, en lugar del nombre correcto, con ‘ye’ y ‘ph’.
Javier Esteban Oliva, también conocido como Notob, quien ostenta la membrecía fundadora de Apocrypha, resume los detalles de la hazaña: “Fue algo muy loco e increíble, porque desde que nos inscribimos -casi sin querer- lo hicimos para publicitar la banda, por la posibilidad de que los videos participantes fueran rotando en ‘La Viola’, y de hecho ‘Salvaje Convicción’ rotó un par de veces, pero nunca pensamos siquiera en estar entre los semifinalistas. Cuando me llamaron para decirme que estábamos entre las 10 elegidas, no lo podía creer. Nuestro objetivo era ir a tocar a La Trastienda. Eso nos tenía sin dormir, era sólo un tema y sin prueba de sonido, y la oportunidad de mostrar masivamente lo que hacemos. Quedamos en la ronda final, tocamos ‘Cabezas de Metal’ como segundo tema, descuidando totalmente los detalles, a pesar de que aún estábamos en concurso, porque ya habíamos logrado nuestro objetivo. Sinceramente nunca se nos cruzó que semejantes músicos que integraban el jurado nos nombraran como la ganadora de Rock de la Argentina 2010, entre tantos participantes de semejante nivel”. Y completa con una anécdota: “Antes de que se cortara la votación estábamos en el octavo puesto, pero parece que una de las bandas hizo alguna trampa digital, así que suponemos que por eso los organizadores tomaron la decisión de mandar a las 10 bandas a la final”.

Catorce años atrás. Apocrypha nace cuando promediaba una de las décadas política, económica y culturalmente más infames de nuestro país, tal vez eso forjó su carácter y su destino de resistencia que los llevó a perdurar tantos años. Intentando resumir su biografía, Javier cuenta: “La banda se empezó a gestar en el ‘95 con el ‘Colo’ Horacio Badaluzzi y yo. Al poco tiempo encontramos al baterista, Omar Fernández, así debutamos en septiembre del ‘96. En el ‘99 grabamos el primer demo, y en 2001 un segundo demo con otra formación, habíamos incorporado otro guitarrista y cantante que había cambiado mucho el rumbo de la banda. Luego volvimos a ser tres, y en el 2002 sale el primer disco, ‘Cabezas de Metal’, que logramos introducirlo en muchas radios under y revistas especializadas obteniendo muy buenos comentarios y resultados. A fines del 2004 Omar decide alejarse de la banda, lo que fue un golpe muy duro, afortunadamente andaba dando vueltas Pablo Canales, 'El Chileno', aunque es Neuquino; y en un sólo ensayo nos dimos cuenta que él era quien estábamos buscando. En el 2008 hicimos un nuevo disco, ‘Convicción Salvaje’, que decidimos ponerlo gratis de la Web y se descargó desde muchos países. A principios del 2009 con Gabriel de Zona Bit, hicimos el video clip de ‘Salvaje Convicción’, que fue el que nos llevó al concurso. A Mediados de 2009 incluimos en segunda guitarra a ‘Tiru’ Pablo Giribaldi”. (Nota: ambos discos se pueden descargar gratis desde la página: www.apocrypha.com.ar).
Javier ahora se ilusiona con la idea de grabar para un sello importante, recompensa que recibirán por ganar el certamen: “Ojalá que esto sea el comienzo de un nuevo camino. En los planes estaba hacer un nuevo disco, y siempre recibimos invitaciones para tocar en otras provincias y otros países, pero no podemos costearlas por ser una banda que genera ‘cero peso’ y que, más aún, siempre hay que ‘poner y poner’. Espero que después de esto sean más fáciles de concretar, y podamos salir a mostrar la banda, tocar en festivales multitudinarios y hacer lo que amamos, que es el Metal Pesado”.-







miércoles, 24 de noviembre de 2010

YES: viaje a la década progresiva


David y Howe (foto: lavoz.com.ar)
La célebre banda inglesa, verdaderos íconos del rock progresivo, pasó por Córdoba con mayoría de integrantes originales y un par de recambios necesarios. La capital cordobesa refrendó un gran año de visitas internacionales que se cerrará con los Stone Temple Pilots el domingo 5 de diciembre en Orfeo Superdomo.

RECITALES

Por Néstor Pousa © 2010

Ingresar al Orfeo en el mismo instante en que se apagaban las luces y la silbatinas de aprobación daban la bienvenida a la banda, no permitió al cronista hacer un barrido de las caras de los numerosos fans que se presumían en una mezcla de satisfacción y ansiedad por la espera.  Allá, enfrente, estaba la banda que como se dijo fue precursora del Rock Progresivo y emblema del estilo sinfónico, venerado con unción por varias generaciones de seguidores alrededor del mundo.  Eran tiempos que en Argentina la pregunta de rigor era: ¿te gusta la música progresiva? Y en el rótulo metíamos cómodamente a casi todas las bandas inglesas, estadounidenses y de nuestro, por entonces, incipiente rock en castellano. Esa etiqueta mutó sucesivamente a Música Contemporánea, Rock Nacional, otras. Y desde entonces “lo progresivo” ya fue más específico, y hoy mencionamos a Yes como los verdaderos cultores de esta corriente.
Casi todas bandas longevas -en el rock poco más de cuarenta años te convierte en tal- han experimentado, por distintos motivos, cambios en su formación. Yes no fue la excepción.
La versión que pudimos ver en su primera visita a Córdoba incluye dos nuevas piezas que ensamblan a la perfección en su mecanismo de relojería. Pero para dejar las cosas claras, o por corrección británica, el único miembro fundador que aún queda, Chris Squire, se encargó de presentarlos apenas comenzado el show. Los nuevos fichajes son: Oliver Wakeman, el mismísimo hijo del célebre Rick, en teclados; y Benoit David, un canadiense que reemplaza en la voz líder a Jon Anderson, para muchos insustituible.
Benoit (Benuá, parece ser la pronunciación más correcta) es alguien que supone haberse sacado la lotería. Era miembro de una banda tributo a Yes y fue, gracias a sus condiciones y a su registro vocal, seleccionado para reemplazar a Jon. Nada más y nada menos. Y en su paso por la capital cordobesa quedó claro que no lo hace nada mal, y que conoce a la perfección: el repertorio, los movimientos en escena y los tics que hay que cuidar para no desentonar.
De los miembros históricos quedan, el mencionado Squire, un bajista de gran porte que aporrea las cuerdas duramente pero con gran precisión.  Alan White, por el look no lo parece, pero es un baterista tremendamente eficaz, que toca con gran potencia sin que se le mueva uno solo de sus pelos canos.  Y dejé para final a Steve Howe, un guitarrista sorprendente, un tipo que abajo del escenario se muestra huraño, y con gesto malhumorado, que no deja que le den la mano o lo filmen, pero una vez en escena devuelve con creces. No apela a la economía de recursos, todo lo contrario, tira sobre la alfombra todo lo que tiene para dar, y convierte el set en algo sencillamente asombroso. Cuando Howe, Squire & White quedan sonando en trío, se insinúa una veta visceralmente power, pero es un amago nada más, enseguida vuelven a levantar su vuelo interestelar alucinante.
El repertorio de la gira, conocida como In the Present Tour, es lo más dorado y clásico de la etapa 1971-1980. Un set list de tan sólo diez temas, pero de diez minutos de promedio cada uno, en donde cada final es como el desenlace de una película épica celebrada con una ovación propia de un circo romano en estado de ebullición.
Abrieron con la enigmática Siberian Khatru (1972, álbum Close to the edge) y cerraron con un único bis, Starship Trooper (1971, del memorable Yes Album).  Hubo momentos de ensimismamiento en los veter-fans, durante los cuales en el recinto no volaba una mosca; pero también hubo tiempo para liberar la emoción, y eso pasó con I’ve seen all good people, que ni bien empezó la intro a capella se elevaron brazos al cielo. Y mucho más con And You and I, donde ya fue imposible no saltar de la butaca.
La lista tuvo una continuidad muy coherente en cuanto a la elección de las canciones, incluso el solo de guitarra electroacústica de Howe (el combo de Mood for a day e Intersección blues) fue de lo más celebrado. Tras esto, el guitarrista recordó su anterior visita a Córdoba en plan solista (año 1994) y llamó a la banda para Owner of a lonely heart, el mega hit de los 80’s con el que –todavía con Anderson, pero sin Howe– se ganaron legítimamente una nueva legión de admiradores. La versión sonó brillante, pero algo descontextualizada, y tal vez por eso no recibió una ovación desmesurada.
Los otros nueve movimientos son músicas que por más que hayan coleccionado años, no suenan viejas, sino todo lo contrario, se potenciaron con el tiempo y atravesaron de forma impecable las últimas cuatro décadas.
Una consideración final: si verdaderamente decís que te gusta el rock, no te quedes sin ver al cascarrabias de Steve Howe tocar su guitarra en vivo.-

Sala: Orfeo Superdomo
Fecha: 23/11/10
Asistencia: 3000 personas 

PolCastillo presenta su disco debut

martes, 16 de noviembre de 2010

Yes en el presente y por Córdoba

Yes gira por Córdoba
La banda inglesa más emblemática del rock sinfónico y progresivo se presenta en la ciudad de Córdoba como parte de su Gira Sudamericana. Será el martes 23 de noviembre en el Orfeo Superdomo.

CARTELERA

Por Néstor Pousa © 2010

Con la visita del ex Beatle Paul Mc Cartney la semana pasada, y sus dos conciertos multitudinarios en el Estadio de River Plate; y el inminente arribo de la banda Yes, podría decirse que nuestro país está siendo tocado por la varita mágica de las leyendas vivientes del rock mundial.

En el caso de Yes, la banda de rock progresivo y sinfónico más emblemática de todos los tiempos, tiene diseñado un tour latinoamericano que entre sus fechas locales incluirá nada menos que a Córdoba capital.
"Nueva Tribu", la empresa organizadora de la escala cordobesa, informó a través de sus responsables de prensa que: “Como parte de su gira ‘In the Present World Tour 2010’, Yes hará un recorrido por sus grandes clásicos el próximo martes 23 de noviembre en Orfeo Superdomo.
Formada en 1968, Yes es una de las bandas pioneras del rock progresivo. Con un estilo propio, la obra musical de Yes se caracteriza por sus recargadas armonías y por contar con elementos del jazz y de la música clásica. Asimismo, la habilidad de sus integrantes, su sonido complejo y sus letras místicas, hacen que sea considerada por muchos como la banda de rock sinfónico por excelencia.
La banda que marcó la historia con clásicos como: Fragile (1971), Close to the Edge (1972), Tales from Topographic Oceans (1973), Tormato (1978), entre otros, se presentará en Córdoba haciendo un repaso de sus grandes éxitos”.

Desde sus inicios, hace ya un poco más de cuatro décadas, Yes ha tenido innumerables cambios en su formación. Alista en la actualidad a Chris Squire en bajo, el único miembro fundador que se mantuvo en la banda hasta nuestros días; y a los históricos Steve Howe en guitarra y Alan White en batería y percusión. Entre las más modernas incorporaciones está Oliver Wakeman (hijo del legendario Rick Wakeman) en teclados, y el canadiense Benoit David, nueva voz del quinteto y quien reemplaza nada menos que a Jon Anderson.
Precisamente David era integrante de una banda tributo a Yes, y como tal, luce una voz a la altura de las circunstancias y conoce a la perfección todo el repertorio de la mítica agrupación inglesa. Lo más curioso de esta parte de la historia es que fue incorporado luego de haber sido descubierto a través de un video en YouTube.-

Valor de los tickets
Sector PISTA: $300 - $ 230 - $200
Sector ROJO: $ 250 - $ 200 - $ 130 - $ 80
Lugares de venta
Tiendas Vesta – Dinosaurio Mall (Alto Verde / Ruta 20 / Dino Express San Vicente)

Mirá todas las fechas de la gira “Yes In the Present World Tour” por Sud América 2010 en:

domingo, 7 de noviembre de 2010

El momento en que ya no estás presente

Rubén Basoalto: baterista pionero
Rubén Basoalto, baterista fundador de Vox Dei, murió el pasado 3 de noviembre. Su sola mención nos remite a esa elite de músicos pioneros del Rock Argentino. Con Vox Dei grabó “La Biblia”, la obra magna del género.

Por Néstor Pousa © 2010

Son demasiados los que se están yendo, y demasiado seguido. A un golpe le sigue otro, sin solución de continuidad, casi. Esta vez la mala noticia dio cuenta de Rubén Basoalto, uno de los bateristas emblemáticos de la historia del Rock Argentino, por haber sido miembro fundador de Vox Dei, banda en la que permaneció marcando el ritmo hasta nuestros días.
Rubén se fue –detesto la frase “dejó de existir”– el miércoles 3 de noviembre pasado, víctima de una cruenta enfermedad. Y con él se va uno de los músicos pioneros del género, integrante original de Vox Dei, los creadores de La Biblia según Vox Dei, obra magna del Rock en Castellano. Esto sucedía en 1971, y la banda alistaba a Willy Quiroga en bajo y voz, Ricardo Soulé guitarra y voz (actualmente distanciado de sus ex compañeros) y Juan Carlos Godoy en guitarra y voz, quien abandonó el proyecto en sus lejanos inicios, convirtiendo al cuarteto en trío, tal cual lo conocimos y se hizo célebre para el resto de su existencia.
Rubén Basoalto marcó el sonido crudo de Vox Dei, era un baterista que se caracterizaba por su energía para tocar, y mantenía ese estilo visceral y ancestral del rock de los años 70’s.
Aún siendo un veterano de mil batallas, tocaba de una forma desmedida, inusual, como queriendo demostrar que el fuego del rock and roll aún corría por sus venas. Así, cada presentación de la banda eran verdaderas maratones en donde marcaba el pulso con tremenda contundencia.
Además del capítulo aparte que merece La Biblia, Vox Dei dejó un legado fundamental con su discografía, que hoy es rescatada y referida por las nuevas generaciones de músicos de rock local.
Vox Dei nació en 1968 y al año siguiente editó sus primeros simples que se hicieron clásicos: Presente (El momento en que estás) y Azúcar amarga. En 1970 aparece Caliente, el larga duración debut. A la lista se sumarían álbumes fundamentales: Jeremías, pies de plomo (1972), La nave infernal (en vivo, 1973), Es una nube, no hay dudas (mismo año), Vox Dei para Vox Dei (1974), Gata de noche (1978), entre otros.
El trío se encontraba en 2010 en plena actividad, con Carlos Gardelini en la guitarra en lugar de Soulé, convirtiéndose en el grupo más longevo que registra el Rock Argentino.
Su último disco de estudio es El camino, aparecido en 2005, y actualmente se encontraban pre produciendo el material de Archipiélago de almas, un nuevo trabajo que estaba pronto a aparecer. Toda esta constancia de 42 años en los escenarios y en la ruta, se debió en gran medida a la perseverancia y convicción de un artista como Rubén Basoalto.
Son muchas las anécdotas que pintan a la banda y especialmente a Rubén Basoalto. Durante una fría noche, en el invierno de 1980 ó 1981 –sepan disimular el margen de error– Vox Dei se presentaba en el gimnasio de la Biblioteca Popular de La Cumbre (Cba). En un momento dado los tres integrantes interrumpieron el show y se bajaron del escenario fastidiados con el público que exigía que tocaran sólo temas de La Biblia. Refunfuñando mientras apuraban un whisky en el buffet del club, convencieron a los fans que todo el material debía ser escuchado por igual, y así el concierto pudo continuar normalmente.
Más acá en el tiempo, el 13 de febrero de 2010 -aquí la fecha brilla por la exactitud- los Vox Dei eran invitados a tocar por primera vez al Festival Cosquín Rock, como los verdaderos ancestros del rock. El respeto manifestado por la producción tenía límites de tiempo en escena, nada más que 20 minutos tenían para desarrollar su música. A Basoalto poco le importó, lo mismo se mandó con su habitual solo de batería de casi 10 minutos, ante la mirada perpleja y ansiosa de su socio Willy Quiroga que veía como se les esfumaba el tiempo otorgado. Y es que Rubén no concebía el show de otra forma, por más que los tiempos y las prioridades hubieran cambiado, él se sentía como si estuviera tocando en aquellos viejos festivales de los 80’s, donde ni el tiempo, ni los sponsors apuraban a nadie, y mucho menos a Vox Dei.
Por eso Rubén Basoalto merece hoy, más que ningún otro, los crespones negros que se suelen colgar en facebook o en twitter, porque fue un músico y un artista de una entrega total. Nos dio innumerables momentos de satisfacción con su música, y a cambio recibió muy poco. Tenía que seguir remándola día tras día, como muestra innegable de lo devaluada que está la cultura en este bendito país. Pero su nombre y su obra permanecerán imborrables en la historia de la Música Popular Argentina, y es por eso que un artista de estas características se puede ir, pero nunca jamás podrá dejar de existir.-


jueves, 4 de noviembre de 2010

El cantor de jazz

El regreso de mano lenta
Eric Clapton regresó a las vitrinas con un nuevo disco llamado simplemente “Clapton”. El trabajo contiene en su mayoría versiones y un par de estrenos. Lo acompañan una banda de apoyo de primera línea e invitados de lujo. Mirá el trailer del disco.

NOVEDADES DISCOGRÁFICAS
 
Por Néstor Pousa © 2010

Nadie duda que Eric Clapton sea uno de los grandes artistas del rock a nivel planetario, y que como guitarrista forme parte de una elite que podría contarlo entre los 5 violeros más destacados e influyentes de todos los tiempos.
Desde sus tempranos años en los que integraba bandas emblemáticas como The Yardbirds, Los Bluesbreakers de John Mayall, los inmortales Cream, Blind Faith o Derek and The Dominos; o en su dilatada trayectoria como solista, Clapton tiene definitivamente muy bien ganado su múltiple espacio en el Salón de la Fama del Rock and Roll.
Fue desde el momento mismo de su irrupción en el firmamento rockero nuestro guitarrista estrella, especialmente para todos los que además de ser amantes del género, veíamos en ese instrumento, la guitarra eléctrica, la espada y estandarte del rock.
En alusión a su virtuosismo se gano el paradójico apodo de “slowhand” (mano lenta) en tiempos de Los Yardbirds, su primera banda, corría 1964. Ese sobrenombre algunos años después sería el título de uno de sus álbumes solistas fundamentales en el devenir de su carrera, datado en noviembre de 1977. Disco con el que conseguiría acrecentar notablemente su popularidad, principalmente por dos temas que se convirtieron en clásicos indiscutidos y que atravesarían varias generaciones: Wonderful tonight, una balada que tuvo como musa a Pattie Boyd, la mujer que le birlara a su colega George Harrison sin que esto destruya su sólida amistad; y Cocaine, un rock and roll de JJ Cale en magistral versión de Clapton, tocada de ahí en más por la mayoría de los aprendices de guitarra del mundo.

Hoy el viejo Eric (respetuosamente dicho, claro está) regresa al disco con un trabajo compuesto en su mayoría por versiones, más dos estrenos. "Clapton" es su título, un registro en el que reversiona viejos temas del blues y el jazz tradicional y de la música country, asumiendo el rol de un perfecto crooner, cantando por momentos como si estuviera en un bar de copas (Rocking chair) y dibujando trazos con su maravillosa guitarra (River runs deep) en dosis homeopáticas pero altamente conmovedoras.
Impecable la backing band que lo acompaña, conformada por músicos de sesión que ya son leyenda: Jim Keltner en batería, Willie Weeks en bajo y Walt Richmond en piano, teclados y órgano Hammond; quienes tocaron en discos, vivos y giras al lado de figuras como George Harrison, John Lennon, Ringo Starr, Bob Dylan, Rolling Stones, Neil Young, Joe Cocker, Pink Floyd, entre muchos otros, sumando entre los tres una lista sideral.
Aparecen también invitados de lujo de la talla de Steve Winwood, el mismísimo JJ Cale y Sheryl Crow (el dúo Clapton-Crow se luce en el estreno de Diamonds made from rain, un lentazo con cualidades de hit); o junto al terceto de Wynton Marsalis, Trombone Shorty y Allen Toussaint que aportan los vientos de banda de jazz para que Clapton cante con voz negra When somebody think your wonderful, definitivamente un tema para el autostereo de un lujoso Cadillac. En tanto el armonicista Kim Wilson recrea el estilo Little Walter en piezas como Judgement day y Crazy about you baby. Como se ve, un fichaje soñado, y a la altura del protagonista principal.
Hay otros momentos destacados en la placa, como el que nos devuelve al Clapton más previsible y que se reivindicará ante los fans que esperan lo de siempre y a los que tal vez este disco los deje fuera de juego, ese tema es Run back to your side, otro de los nuevos, en donde la guitarra arde en llamas como ya sabemos que puede hacerlo.
La perla, mencionada por muchos como tal, se llama Autumn Leaves, una tonada que aunque no sepan de donde, igual les resultará familiar. Una canción versionada por muchísimos cantantes de estilos variados, y que hoy es recuperada por Clapton para este trabajo tan vintage que sorprende y agrada por partes iguales, un verdadero placer para el oído y uno de los mejores discos aparecidos en 2010. Si pueden disfrútenlo.-